Para cumplir con los requisitos exigidos por las normativas vigentes prácticamente ningún recurso puede captarse, almacenarse y distribuirse sin algún tipo de tratamiento.
Los recursos utilizados para el abastecimiento de agua potable son sometidos siempre a un tratamiento, siendo cada vez más numerosos los casos que requieren tratamientos complementarios a una desinfección básica.
El tratamiento, denominado en su conjunto potabilización, engloba distintas etapas y tiene por objeto la reducción de la concentración de contaminantes minerales, orgánicos y biológicos presentes en las aguas captadas.
Además, la aplicación progresiva de la nueva reglamentación legislada en el RD140/2003 tiene gran repercusión técnica en el diseño actual de las instalaciones de producción, debido entre otras cosas a los límites de concentración de los subproductos que se originan y a los nuevos límites y parámetros de análisis que deben cumplir las aguas de consumo para su distribución.
